Snack’n’Fuck! (IV): Patatas Santa Ana

Desde que establecí mi rutina de actualización semanal todavía no he realizado ninguna novedad en una de mis secciones estrella. Va siendo hora de ir abriendo boca y prepararse para otro rico y grasiento aperitivo: con todos vosotros, las Patatas Santa Ana.

Vicio artesano

Ya comentaba el año pasado que una de mis predilecciones a la hora de devorar aperitivos son las Lays. Nunca le había prestado demasiada atención al resto de patatas fritas en concreto, todas me parecían demasiado aceitosas, sosas o sin ese toque mágico. Me acuerdo que hace tiempo vendían unas patatas dentro de un paquete marrón cual churros y que en su interior había una bolsa de plástico donde éstas se encontraban. Resulta que el aperitivo de aquel envase tenía el sello Matutano y son las patatas de las que os estoy hablando. No sé exactamente en qué punto del tiempo sufrieron una transformación y empezaron a envasarse de un modo más convencional (y estoy llamando convencional a las bolsas de toda la gama Matutano).

Mira tú

Leyendo un artículo que analiza las patatas Santa Ana, éstas son calificadas como las más saladas de las no light. En sus halagos, son consideradas «crujientes» y estar «en su punto de aceite», mientras que se les critica por «poco sabor», «duras» y «tamaño pequeño». De todos estos adjetivos, tengo que desmentir que se trate de patatas con poco sabor y tamaño pequeño, puesto que se acerca bastante en este aspecto a las Lays. Eso sí, la radical diferencia con éstas es que se trata de un aperitivo bastante más grasoso y con un mayor grosor. Dependiendo del tipo de consumidor, esto puede suponer una ventaja o no. Las Lays tienen un mayor punto de sal y más finura, mientras que las Santa Ana, auspiciadas bajo la denominación de ‘artesanal’, son más brutas, tienen más aceite y un mayor grosor que las hacen crujientes. Es difícil decantarse entre unas u otras, todo depende de los gustos.

En definitiva, las Santa Ana son una buena elección en el momento que tenga el modo cocho /on. Actualmente cuesta un euro la bolsa grande, por lo que en cierto modo parece algo más rentable que las Lays.  Si eres devorador de patatas crujientes y aceitosas, esta es la elección adecuada.

4 comentarios

  1. Las Santa Ana son las patatas por antonomasia, a su lado las Lays (entiendase las punto de sal, por eso de comparar entre iguales; las vinagreta son otro cantar) no tienen nada que hacer.

    Por ponerles una pega, decir que son excesivamente grasientas y que, despues de ingeridos alrededor de 3/4 de la bolsa, la cara interior del plastico se encuentra untada casi en su totalidad por el aceite de las patatas, con lo molesto que supone introducir la mano en busca de una nueva unidad.

  2. me encantan esas patatas!!! pero bueno, para ricas ricas, las de EL PUEBLO, fabricadas en un pueblo de Badajoz, te las recomiendo si alguna vez las ves por ahí o si de escapada venis a ver los encantos extremeños

  3. Sinceramente, no entiendo cómo alguien que ha probado las dos puede decir que son comparables las Lays y las Santa Ana… Estas últimas están muy buenas, mientras que las lays son una mierda, no saben a patatas fritas ni de lejos (supongo que por estar hechas con aceite de girasol) y no se pueden comparar ni con las Santa Ana ni con cualquier producto típico de patatas fritas en España. (Otra cosa son las Lays mediterráneas, esas están muy buenas también)

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